En la sociedad azteca, el emperador tenía
poder ilimitado, que abarcaba todas las cosas y todas las personas. Junto a él,
los guerreros y sacerdotes formaban el grupo social de mayor poder. Los
guerreros eran el principal apoyo del emperador y permitió la creación de un
imperio muy poderoso pero aislado políticamente.
La mayor parte de la población eran
artesanos, agricultores, servidores públicos, etc., que se organizaban en
grupos de parentesco llamados calpulli.
Apenas había grupos sociales intermedios.
Aquí podemos situar a los comerciantes enriquecidos de la capital, que
conseguían ascender intercambiando sus riquezas por prestigio en las fiestas
que organizaban y ofreciendo alguno de sus esclavos como víctima de un
sacrificio ritual.
Xochiquétzal, diosa azteca También había esclavos que se
utilizaban para el trabajo agrícola, el transporte, el comercio o el servicio
doméstico. Algunos de los esclavos se encontraban en esta situación de forma
temporal, hasta que pagaran una deuda o una condena. Otros eran prisioneros de
guerra que podían ser sacrificados a Huitzilopochtli.
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